Cómo medir correctamente las dosis de medicamentos pediátricos en casa
nov, 16 2025
Medir la dosis correcta de un medicamento líquido para un niño no es solo una tarea cotidiana: es una decisión que puede marcar la diferencia entre una recuperación segura y una emergencia médica. Cada año, miles de niños en todo el mundo reciben dosis incorrectas de medicamentos en casa, muchas veces porque los padres usan cucharas de cocina, tazas de medir confusas o simplemente confían en su estimación. La buena noticia es que con las herramientas y técnicas adecuadas, estos errores se pueden evitar casi por completo.
Por qué los mililitros (mL) son lo único que importa
Las recetas médicas para niños deben venir siempre en mililitros (mL), nunca en cucharadas o cucharaditas. Aunque muchas botellas aún muestran ambas unidades, eso es precisamente lo que causa confusión. Una cucharadita de té no es siempre 5 mL - en realidad, puede variar entre 3,9 y 7,3 mL dependiendo de la cuchara que uses. Esa diferencia puede parecer pequeña, pero en un niño de 10 kilos, un error de solo 2 mL puede convertir una dosis segura en una sobredosis peligrosa.
La Organización Mundial de la Salud y la Asociación Estadounidense de Pediatría (AAP) recomiendan desde 2015 eliminar completamente el uso de «cucharaditas» y «cucharadas» en las instrucciones de medicamentos pediátricos. La razón es simple: 0,5 mL no es lo mismo que 5 mL. Esa diferencia de diez veces puede ser mortal con ciertos medicamentos, como la codeína o la digoxina. Por eso, si la receta dice 2,5 mL, debes medir exactamente eso - nada más, nada menos.
Las herramientas que realmente funcionan
No todas las herramientas de medición son iguales. Si usas una cuchara de medicina o una taza de medir, estás aumentando el riesgo de error. Aquí te decimos cuáles son las más seguras:
- Jeringa oral (siringa): La opción más precisa. Ideal para dosis menores a 5 mL. Puedes comprarlas en farmacias por menos de 2 euros. Algunas vienen con colores distintos para cada dosis, lo que ayuda a evitar confusiones.
- Dropper (gotero): Útil para bebés pequeños, pero solo si tiene marcas claras en mL. Muchos goteros vienen sin marcas, y eso los hace inútiles.
- Taza de medir: Solo aceptable para dosis mayores a 5 mL, y solo si tiene marcas en mL y se llena hasta el nivel correcto. Muchos padres los usan mal - no miran a la altura del líquido, sino desde arriba, lo que da lecturas erróneas.
- Cucharas de cocina: Nunca. Ni siquiera una cucharadita «llena». Son impredecibles y peligrosas.
Un estudio de la CDC con 497 padres mostró que el 94% de las dosis se midieron correctamente con jeringas, mientras que con tazas de medir, solo el 76% fueron exactas. Para dosis de 2,5 mL, el error sube al 68% con tazas, pero cae al 12% con jeringas.
Cómo usar una jeringa oral correctamente
Usar una jeringa no es complicado, pero muchos lo hacen mal. Aquí te explicamos paso a paso:
- Agita bien el frasco del medicamento antes de medir. Muchos antibióticos líquidos se separan, y si no los agitas, tu hijo puede recibir hasta un 50% menos de medicamento.
- Inserta la jeringa en el tapón del frasco y extrae el líquido lentamente. No la llenes más allá de la dosis indicada.
- Coloca la jeringa en una superficie plana y mira a la altura del líquido. El líquido forma una curva (menisco) - debes leer la marca donde el fondo del menisco coincide con el número de mL.
- Administra el medicamento en la parte interna de la mejilla, no en la parte delantera de la boca. Así es menos probable que el niño lo escupa.
- Limpia la jeringa con agua tibia después de cada uso y déjala secar. No la guardes sucia.
Un truco que muchos padres usan: marca con un rotulador permanente las dosis que usas con frecuencia. Por ejemplo, si tu hijo siempre toma 3 mL de amoxicilina, haz una línea en la jeringa. Así no necesitas leer cada vez.
Cómo convertir libras a kilogramos (y por qué necesitas hacerlo)
Muchas recetas de medicamentos para niños vienen en mg/kg - eso significa miligramos por cada kilogramo de peso. Si tu hijo pesa 22 libras, no puedes usar ese número directamente. Primero, debes convertirlo a kilogramos.
La fórmula es sencilla: peso en libras ÷ 2,2 = peso en kilogramos.
Ejemplo: Tu hijo pesa 33 libras. 33 ÷ 2,2 = 15 kg. Si la receta dice 15 mg/kg, entonces necesita 15 × 15 = 225 mg por dosis. Si el medicamento tiene una concentración de 100 mg por 5 mL, entonces 225 mg equivalen a 11,25 mL. Redondea según lo indicado por el médico - en muchos casos, se redondea a 11 mL o 11,5 mL.
Si no estás seguro, pídele a la farmacia que te haga la cuenta. No adivines. Muchos farmacéuticos ofrecen esta ayuda gratis.
Errores comunes que todos cometemos (y cómo evitarlos)
Estos son los errores más frecuentes, según encuestas en hospitales de EE.UU. y Europa:
- Usar la cuchara de la cocina: 63% de los padres lo hacen al principio. Deja de hacerlo.
- No agitar el medicamento: Especialmente en antibióticos. El medicamento se va al fondo, y el niño recibe menos de lo que necesita.
- Confundir mg con mL: Un 36% de los errores reportados en pediatría vienen de esto. La receta dice 10 mg, pero tú le das 10 mL. ¡Eso es 10 veces más!
- Usar dos jeringas distintas para el mismo medicamento: Si una jeringa tiene 2,5 mL y otra 5 mL, no las mezcles. Usa siempre la misma.
- No leer la etiqueta cada vez: Las concentraciones cambian. Hoy es 100 mg/5 mL, mañana puede ser 250 mg/5 mL. Si no lo revisas, te equivocas.
Qué hacer si tu hijo rechaza el medicamento
Uno de los mayores desafíos es que los niños no quieren tomar medicamentos amargos. Aquí hay estrategias que funcionan:
- Mezcla la dosis con una cucharadita de compota de manzana o puré de plátano. No lo mezcles con mucha comida, porque si no se lo termina, no recibirá toda la dosis.
- Usa medicamentos con sabor. Muchos laboratorios ofrecen versiones con sabor a fresa, naranja o uva.
- Usa una jeringa sin aguja y aplica el medicamento lentamente en la mejilla. No lo inyectes en la garganta - eso puede provocar ahogo.
- Si el medicamento es muy amargo, pídele al farmacéutico que lo reformule con un sabor más agradable. Es legal y común.
Qué debes pedir en la farmacia
No te conformes con lo que te dan. Pide lo siguiente:
- Una jeringa oral con marcas en mL.
- Una etiqueta que solo use mL, sin cucharaditas ni cucharadas.
- Una hoja escrita con la dosis en mL, el peso del niño en kg, y la frecuencia de administración.
- Si no te la dan, pídelas. Por ley, las farmacias deben proporcionar herramientas de medición seguras.
En muchos países europeos, incluido España, las farmacias ya están obligadas a entregar jeringas con medicamentos pediátricos. Si no te la dan, pregunta: «¿Tienen una jeringa para dosis de niños?».
¿Y si hay más de un cuidador en casa?
Si tu hijo es cuidado por abuelos, niñeras o padres separados, la confusión se multiplica. Aquí cómo evitarlo:
- Crea una hoja de dosificación con el nombre del medicamento, la dosis en mL, la hora y la fecha. Ponla en la nevera o en la mesita de noche.
- Usa una jeringa de color diferente para cada medicamento. Por ejemplo, roja para el antibiótico, azul para el paracetamol.
- Si usas una app, como MedSafety (disponible en español), puedes registrar las dosis y recibir recordatorios.
- Evita que alguien use una cuchara de cocina. Dile claramente: «Solo usamos jeringas».
Lo que viene en el futuro
La medicina pediátrica está evolucionando. En 2025, se lanzarán tazas de medir inteligentes que se iluminan cuando la dosis es correcta. Algunos hospitales ya usan jeringas con chip que registran cuándo se administra el medicamento. Pero por ahora, lo que funciona es lo simple: usar la jeringa correcta, leer el mL, y no confiar en la estimación.
La buena noticia es que con estas prácticas, puedes reducir el riesgo de error a menos del 5%. Eso significa que tu hijo recibe exactamente lo que necesita - ni más, ni menos.
¿Puedo usar una cuchara de café para medir la dosis?
No. Una cuchara de café no es un instrumento de medición. Su capacidad varía entre 3 y 8 mL, lo que puede causar sobredosis o subdosificación. Solo usa jeringas orales o tazas con marcas en mL.
¿Qué hago si no tengo jeringa y la farmacia ya cerró?
No uses cucharas de cocina. Si es una dosis pequeña (menos de 5 mL) y no tienes jeringa, espera hasta mañana para administrarla. Si es una dosis urgente (como paracetamol para fiebre alta), llama a tu pediatra o a una línea de emergencia médica. Nunca adivines la cantidad.
¿Por qué la etiqueta de mi medicamento dice «1 cucharadita» si se recomienda usar mL?
Muchas etiquetas aún incluyen cucharaditas por costumbre, pero eso no es seguro. Si la receta también dice «5 mL», ignora la cucharadita y usa la jeringa. Si solo aparece «1 cucharadita», pide a la farmacia que te cambie la etiqueta o te dé una jeringa con la dosis en mL.
¿Es seguro mezclar el medicamento con leche o jugo?
No siempre. Algunos medicamentos pierden efectividad si se mezclan con leche, jugo de naranja o alimentos ácidos. Pregunta siempre al farmacéutico. Si es seguro, usa solo una pequeña cantidad - como 1 cucharada - para asegurarte de que el niño se toma toda la mezcla.
¿Qué hago si creo que le di una dosis incorrecta?
No esperes a que aparezcan síntomas. Llama inmediatamente a tu pediatra, al centro de toxicología o al 112. Diles el nombre del medicamento, la dosis que se dio, la dosis correcta y el peso de tu hijo. Muchas veces, si actúas rápido, puedes evitar consecuencias graves.