Articulaciones: guía práctica para cuidar tus huesos móviles

¿Sientes a veces rigidez o dolor al mover una rodilla o el codo? No estás solo. Las articulaciones son los puntos de unión entre los huesos y, si no les prestamos atención, pueden dar problemas que limitan tu día a día. Aquí te explico de forma sencilla qué hay que hacer para mantenerlas sanas y cuándo buscar ayuda profesional.

Principales causas del dolor articular

El dolor en las articulaciones tiene varias razones. La más frecuente es la inflamación, que puede aparecer por una lesión, sobrecarga o una enfermedad como la artritis. Otro factor es el desgaste natural al envejecer: el cartílago se vuelve más delgado y pierde su capacidad de amortiguación. El exceso de peso también ejerce presión extra, sobre todo en rodillas y caderas, lo que acelera el desgaste. Por último, una mala postura o movimientos repetitivos (por ejemplo, en el trabajo o el deporte) pueden generar micro‑lesiones que se convierten en dolor crónico.

Cómo mantener tus articulaciones en forma

La clave está en combinar movimiento, control del peso y una alimentación que favorezca la salud articular. Aquí tienes algunos consejos que funcionan:

  • Ejercicio regular: actividades de bajo impacto como caminar, nadar o bicicleta fortalecen los músculos que sostienen las articulaciones y mejoran la lubricación del líquido sinovial.
  • Control del peso: perder esos kilos de más reduce la carga sobre rodillas, caderas y columna, lo que disminuye el dolor.
  • Alimentación antiinflamatoria: incluye pescados ricos en omega‑3 (salmón, sardina), frutos secos, verduras de hoja verde y fruta fresca. Limita azúcares y alimentos procesados.
  • Suplementos: la glucosamina y la condroitina pueden ayudar a mantener el cartílago, mientras que la vitamina D y el calcio son esenciales para la salud ósea. Consulta siempre con tu médico antes de iniciar cualquier suplemento.
  • Descanso y postura: si pasas mucho tiempo sentado, levántate cada hora, haz estiramientos suaves y cuida la ergonomía de tu silla y pantalla.

Cuando el dolor es intenso o persiste más de una semana, es momento de acudir al profesional. Un médico puede prescribir analgésicos leves (paracetamol) o antiinflamatorios no esteroides (ibuprofeno) según la causa. En casos de artritis avanzada, pueden considerarse tratamientos más específicos como fármacos modificadores de la enfermedad o incluso inyecciones de corticoides.

Además, la fisioterapia es una herramienta muy útil. Un fisioterapeuta te enseñará ejercicios de movilidad, fortalecimiento y técnicas de autocuidado que reducen la inflamación y mejoran la función articular. Si tienes una lesión reciente, la aplicación de hielo y la elevación del miembro afectado son medidas rápidas que pueden aliviar el dolor.

Recuerda que la prevención es mucho más fácil que el tratamiento. Incorporar estos hábitos en tu rutina diaria te dará más libertad para mover tu cuerpo sin molestias. Cuida tus articulaciones hoy y evita complicaciones mañana.