Causas del folato: ¿Por qué disminuye y qué puedes hacer?

Si sientes cansancio, irritabilidad o tienes problemas para concentrarte, la culpa puede ser una baja de folato. No es una condición rara y, lo mejor, suele tener causas muy claras que puedes corregir.

Factores dietéticos

El folato se encuentra en alimentos verdes, legumbres y cereales fortificados. Cuando la dieta es pobre en estos alimentos, los niveles bajan rápidamente. Por ejemplo, una persona que consume mucho comida rápida y pocos vegetales verá una caída notable en su reserva de folato.

Los veganos y vegetarianos también pueden tener problemas si no planifican bien sus comidas. Aunque muchas plantas son ricas en folato, la cocción excesiva destruye parte de la vitamina. Por eso es clave incluir alimentos crudos o ligeramente cocidos, como espinacas, brócoli o guisantes.

Otro punto importante es el alcohol. Beber con frecuencia reduce la absorción del folato y aumenta su excreción por la orina. Si tomas más de dos copas al día, es muy probable que tu nivel de folato se vea afectado.

Problemas de absorción y medicamentos

Algunas enfermedades del intestino delgado, como la enfermedad celíaca o la enfermedad de Crohn, dañan la mucosa y dificultan que tu cuerpo absorba el folato de los alimentos. En esos casos, incluso una dieta perfecta no basta; puede ser necesario un suplemento recetado por el médico.

Varios fármacos también agotan el folato. Los anticonvulsivos (por ejemplo, fenitoína), el metformina usado en diabetes y algunos antibióticos de amplio espectro interfieren con la síntesis o la recuperación del folato. Si estás tomando alguno de estos medicamentos, habla con tu doctor para ajustar la dosis o añadir un suplemento.

El uso prolongado de antiácidos que contienen aluminio o calcio también compite con el folato en el intestino, reduciendo su absorción. Cambiar a un antiácido sin estos componentes o espaciar su consumo de las comidas puede hacer la diferencia.

En resumen, la mayoría de las causas del bajo folato son modificables. Revisa tu dieta, limita el alcohol, controla las condiciones intestinales y consulta a tu médico si tomas medicamentos que puedan interferir. Con pequeños cambios, puedes volver a sentirte con energía y concentración sin necesidad de tratamientos complejos.