Dolor muscular: qué es, por qué aparece y cómo puedes solucionarlo
El dolor muscular es una molestia que todos hemos sentido alguna vez, ya sea después de hacer ejercicio, pasar mucho tiempo sentado o simplemente por el clima. No siempre significa que haya un problema grave, pero sí es una señal de que tu cuerpo necesita un cambio.
Causas más comunes del dolor muscular
Lo primero es identificar por qué duele. Las causas habituales incluyen:
- Sobre‑esfuerzo: Levantar peso o practicar deporte sin calentar genera micro‑desgarros en las fibras.
- Postura inadecuada: Pasar horas frente al ordenador con la espalda encorvada provoca tensión en cuello y hombros.
- Falta de movimiento: Permanecer inmóvil durante mucho tiempo hace que los músculos se acorten y duelan.
- Estrés y falta de sueño: El cuerpo no se recupera bien y las contracturas aparecen con facilidad.
- Enfermedades: Algunas infecciones, como la gripe, o trastornos como la fibromialgia pueden generar dolor generalizado.
Si el dolor es muy intenso, persiste más de una semana o viene acompañado de fiebre, lo más seguro es que necesites ver a un profesional.
Cómo aliviar y prevenir el dolor muscular
Hay varias técnicas simples que puedes probar en casa antes de recurrir a medicación.
1. Aplicar calor o frío: En los primeros 48 horas el hielo reduce la inflamación; después, una bolsa de agua caliente o una ducha tibia relaja los tejidos.
2. Estiramientos suaves: Dedica 5‑10 minutos a estirar los grupos musculares que sientas tensos. No fuerces, basta con sentir una ligera tensión.
3. Masaje: Un automasaje con una pelota de tenis o una crema antiinflamatoria ayuda a mejorar la circulación.
4. Hidratación y alimentación: Beber al menos 2 l de agua al día y consumir alimentos ricos en magnesio (almendras, espinacas) favorecen la recuperación.
5. Movimiento regular: Levántate cada hora, camina 5 min y haz rotaciones de cuello y hombros. Pequeños descansos evitan que los músculos se queden rígidos.
6. Sueño reparador: Dormir entre 7 y 9 horas permite que el cuerpo repare los micro‑daños que se generan durante el día.
Si el dolor persiste, puedes usar analgésicos de venta libre como ibuprofeno o paracetamol, siempre respetando la dosis recomendada y consultando al farmacéutico.
Recuerda que la mejor estrategia es la prevención. Mantén una rutina de ejercicio equilibrada, incorpora estiramientos al final de cada sesión y cuida tu postura tanto en casa como en la oficina.
Con estos pasos básicos, el dolor muscular deja de ser una molestia constante y pasa a ser una señal puntual que tu cuerpo te indica. ¡Empieza a probarlos hoy y siente la diferencia!