Fibrilación ventricular: qué es y cómo actuar

La fibrilación ventricular (FV) es una arritmia grave que hace que el corazón lata de forma caótica. Cuando ocurre, el músculo cardíaco no puede bombear sangre y, si no se trata al instante, puede provocar un paro cardíaco. En este artículo te explico de forma sencilla qué la causa, cómo reconocerla y qué hacer si la sospechas.

Síntomas y señales de alarma

La FV suele aparecer sin previo aviso y, en la mayoría de los casos, la persona pierde el conocimiento en pocos segundos. Los signos más habituales son:

  • Pérdida súbita de la conciencia.
  • Ausencia de pulso detectable.
  • Respiración irregular o ausencia de respiración.

En una situación de emergencia, lo más importante es no perder tiempo. Si alguien se desploma y no responde, llama al 112 inmediatamente y comienza la reanimación cardiopulmonar (RCP) si sabes cómo hacerlo. Cada minuto cuenta; la FV necesita desfibrilación rápida para restaurar un ritmo normal.

Opciones de tratamiento

El tratamiento de la FV depende de la causa y de la rapidez con la que se actúe. Las medidas más efectivas son:

  • Desfibrilación eléctrica: un dispositivo llamado desfibrilador envía una descarga al corazón para romper el ritmo caótico y volver a un ritmo normal.
  • Medicamentos antiarrítmicos: fármacos como la amiodarona pueden usarse después de la desfibrilación para evitar que la FV vuelva a aparecer.
  • Implante de desfibrilador automático (ICD): para pacientes con alto riesgo de recurrencia, se coloca un dispositivo que monitorea el ritmo cardíaco y aplica una descarga cuando detecta FV.

Además, es fundamental controlar los factores que pueden desencadenar la FV, como la enfermedad coronaria, el infarto de miocardio o desequilibrios electrolíticos. Mantener una alimentación equilibrada, hacer ejercicio bajo supervisión médica y seguir el tratamiento de cualquier enfermedad cardíaca reduce el riesgo.

Si tienes antecedentes de problemas cardíacos, habla con tu cardiólogo sobre la necesidad de un perfil de riesgo y la posibilidad de un ICD. La detección temprana y el seguimiento regular pueden salvar vidas.

En resumen, la fibrilación ventricular es una emergencia que requiere acción inmediata. Conocer los síntomas, llamar al número de urgencias, iniciar la RCP y usar un desfibrilador son los pasos clave. La prevención pasa por controlar la salud del corazón y seguir las indicaciones médicas.

Recuerda que, aunque la FV suena intimidante, la información adecuada y una respuesta rápida pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Mantente informado, actúa con decisión y ayuda a los demás a estar preparados.