
Amiodarona en urgencias cardiacas: cuándo usarla y dosis (ACLS 2025)
Guía práctica y actualizada para usar amiodarona en urgencias cardiacas: indicaciones, dosis adultas y pediátricas, seguridad, compatibilidades y elección frente a lidocaína.
Un paro cardiaco ocurre cuando el corazón deja de bombear sangre de forma súbita. No es lo mismo que un infarto; aquí el ritmo eléctrico del corazón se rompe y la sangre deja de circular, lo que obliga a actuar en los primeros minutos o se pierde la vida.
Los síntomas aparecen de forma abrupta. La persona colapsa, pierde la consciencia y no responde a estímulos. No hay pulso perceptible y la respiración se detiene o es muy irregular. A veces se escuchan ruidos extraños en el pecho, como un golpeteo desordenado. Si notas que alguien está pálido, con sudor frío y sin movimiento, sospecha de paro cardiaco al instante.
1. Comprueba la seguridad: asegúrate de que el entorno no sea peligroso para ti ni para la víctima. 2. Llama al 112 y, si hay más personas, delega esa tarea. 3. Comprueba la consciencia sacudiendo suavemente los hombros y preguntando “¿Estás bien?”. Si no responde, pasa al siguiente punto.
4. Busca pulso y respiración. Coloca dos dedos en el cuello, entre la clavícula y la tráquea. Si no encuentras pulso y la respiración es ausente o anormal, comienza compresiones torácicas de inmediato.
5. Compresiones torácicas: coloca las palmas una encima de la otra, en el centro del pecho, entre los pezones. Aplica una presión de al menos 5 cm y a una velocidad de 100‑120 compresiones por minuto. No pares hasta que llegue ayuda profesional o la persona recupere el pulso.
6. Ventilaciones de rescate (si sabes hacerlo y tienes máscara): después de 30 compresiones, da 2 insuflaciones suaves, cerrando la nariz de la víctima y soplando en su boca.
7. Desfibrilación automática (DEA): si en el lugar hay un desfibrilador, enciéndelo y sigue sus indicaciones. El equipo analizará el ritmo y, si es necesario, liberará una descarga que puede restablecer el ritmo del corazón.
Mientras realizas la RCP, mantén la calma y habla en voz alta a la persona para tranquilizarla, aunque no responda. Cada segundo cuenta: la probabilidad de supervivencia disminuye en un 10 % por cada minuto que pasa sin RCP.
Tras la reanimación, el personal sanitario evaluará al paciente, buscará la causa del paro (infarto, arritmia, embolia) y decidirá el tratamiento definitivo. Pero tu intervención inmediata marca la diferencia entre la vida y la muerte.
Recuerda: la práctica hace la perfección. Busca cursos de RCP en tu comunidad o en centros de salud. Tener la técnica afinada y la confianza de actuar te convertirá en un verdadero héroe cotidiano.
En resumen, reconocer el colapso, llamar al 112, iniciar compresiones y usar un DEA si está disponible son los pasos esenciales. No esperes; si sospechas de paro cardiaco, actúa ya.
Guía práctica y actualizada para usar amiodarona en urgencias cardiacas: indicaciones, dosis adultas y pediátricas, seguridad, compatibilidades y elección frente a lidocaína.