Hipertensión: Qué es, síntomas y cómo mantener la presión bajo control

¿Sabías que casi una de cada tres personas adultas en España sufre presión arterial alta? La hipertensión es más que un número elevado; es un factor que aumenta el riesgo de infarto, ictus y problemas renales. Lo bueno es que, con información clara y hábitos sencillos, puedes bajar esos números y sentirte mejor.

Causas y factores de riesgo

La presión alta no aparece de repente. Suele ser el resultado de varios factores que se combinan. La genética es importante: si tienes familiares con hipertensión, tus probabilidades suben. El sobrepeso, la falta de ejercicio y una dieta alta en sal también pesan mucho. Además, el consumo excesivo de alcohol, el estrés crónico y fumar dañan los vasos y hacen subir la presión.

Hay casos en los que la causa es secundaria, es decir, otro problema médico la desencadena, como una enfermedad renal o problemas hormonales. En esos casos, tratar la enfermedad subyacente es clave para controlar la presión.

Cómo controlarla día a día

Lo primero es medir tu presión regularmente. Un tensiómetro casero es barato y fácil de usar; anota los valores y compártelos con tu médico. Si los números están por encima de 140/90 mm Hg, es momento de actuar.

La alimentación juega un papel central. Reduce la sal a menos de 5 g al día, come más frutas, verduras y cereales integrales. Los potasio‑ricos como el plátano o la espinaca ayudan a equilibrar la presión. Evita los alimentos ultraprocesados y las bebidas azucaradas.

El ejercicio no tiene por qué ser una maratón. Caminar 30 minutos al día, subir escaleras o pedalear en bicicleta mejora la elasticidad de los vasos y baja la presión. Si tienes alguna limitación, habla con tu médico para adaptar una rutina.

Controlar el peso es otro paso esencial. Cada kilo que pierdes puede reducir la presión entre 1 y 2 mm Hg. No se trata de dietas extremas, sino de cambios sostenibles: porciones más pequeñas, comer despacio y evitar picar entre comidas.

El estrés tiene su cuota en la hipertensión. Prácticas como la respiración profunda, el yoga o simplemente dedicar tiempo a un hobby reducen la respuesta de adrenalina que eleva la presión. Dormir entre 7 y 8 horas por noche también ayuda a mantener los niveles en rango.

Si después de cambiar estilo de vida la presión sigue alta, el médico puede recetar medicamentos. Los más comunes son los inhibidores de la ECA, los bloqueadores de los receptores de angiotensina y los diuréticos. Es fundamental tomarlos según la receta y no interrumpirlos sin consultar.

En resumen, la hipertensión es manejable si la miras con atención. Mide, come sano, muévete, cuida tu peso y controla el estrés. Con la guía de tu profesional y los hábitos adecuados, puedes bajar la presión y reducir los riesgos a largo plazo.